La profética optimista y la manipulación
ideológica que caracteriza la mayor parte de los discursos sobre la revolución
de la tecnología de la información no debe llevarnos equivocadamente a
desestimar su verdadera significación. Es un evento histórico tan importante,
como este libro tratará de mostrar, como lo fue la Revolución Industrial en el
siglo dieciocho, induciendo un patrón de discontinuidad en la base material de
la economía, la sociedad, y la cultura. El registro histórico de las
revoluciones tecnológicas, tal como fuera compilado por Melvin Kranzberg y
Carroll Pursell, muestra que todos se caracterizan por su penetración en todos los dominios de
la actividad humana, no como una fuente exógena de impacto, sino como el género
con el que esta actividad está tejida. En otras palabras, están orientadas según procesos,
además de inducir nuevos productos. Por otra parte, y a diferencia de cualquier
revolución, el núcleo de la
transformación que estamos experimentando en la revolución actual refiere a las
tecnologías del procesamiento y
comunicación de la información.
La tecnología de la información es para esta
revolución lo que las nuevas fuentes de energía fueron para las sucesivas
Revoluciones Industriales, desde la máquina al vapor a la electricidad,
combustibles fósiles, e incluso la energía nuclear, desde que la generación y
distribución de la energía fue el elemento clave subyacente a la sociedad
industrial. Sin embargo, este planteo acerca del rol preeminente de la
tecnología de la información es frecuentemente confundido con la
caracterización de la revolución en curso como esencialmente dependiente de
nuevos conocimientos e información. Esto es cierto en el actual proceso de
cambio tecnológico, pero también lo es para las revoluciones tecnológicas
precedentes, como es demostrado por los principales historiadores de la
tecnología, como Melvin Kranzberg y Joel Mokyr. La primer Revolución
Industrial, si bien no tuvo bases científicas, se apoyó en el uso extendido de
la información, aplicando y desarrollando conocimientos preexistentes. Y la
segunda Revolución Industrial, después de 1850, estuvo caracterizada por el rol
decisivo de la ciencia en incentivar la innovación. Por cierto, los
laboratorios de investigación y desarrollo surgieron por primera vez en la
industria química alemana en las últimas décadas del siglo diecinueve.
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Melvin Kranzberg https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/thumb/0/07/Melvin_Kranzberg.jpg/267px-Melvin_Kranzberg.jpg |
Joel
Mokyr http://e02-elmundo.uecdn.es/assets/multimedia/imagenes/2016/01/08/14522730474476.jpg |
BIBLIOGRAFÍAS
Muy buen desarrollo de tema. Actualiza a los temas más recientes. Un saludo!
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